¡Paren las prensas y suéltenme los memes, que el salseo diplomático está que arde! Nicaragua, bajo la batuta del mismísimo Daniel “El Jefe” Ortega, acaba de cortar lazos con Ecuador más rápido que quinceañera cambiando de novio. ¿La razón? Una movida de película de acción en la embajada de México en Quito, donde los ecuatorianos se metieron de gorra para agarrar a Jorge Glas, el exvicepresidente fugitivo que tenía más acogida en México que tequila en fiesta.
Pero vamos al grano. Nicaragua no solo se lavó las manos con Ecuador, sino que le mandó un abrazo solidario a México, estilo “estamos contigo, compa”. Ortega y su crew están que no creen en nadie y se lanzaron a llamar a los ecuatorianos de todo menos bonitos. Dicen que lo de Quito fue una jugada más sucia que partido de fútbol en lodo, rompiendo todas las reglas de la buena vecindad y del derecho internacional.
No contentos con el unfollow diplomático, los nicaragüenses también sacaron del baúl el recuerdo de aquel rollo con Julian Assange, cuando Ecuador dejó que se lo llevaran los británicos como quien saca la basura. ¡Y claro! No podían faltar las clásicas declaraciones de amor al “respeto entre las naciones” y al “no al neofascismo”, porque en novela política, el drama no puede faltar.
Así que ahí lo tienen, chicos y chicas. Nicaragua poniendo la casa en orden y diciendo: “Con mis amigos no se metan”. Y mientras tanto, en México, AMLO probablemente estará haciendo palomitas, listo para ver cómo se desenvuelve este capítulo de “Diplomacia y Desaires”. Quédate sintonizado, porque esto promete más episodios.
