¡Ay, ay, ay! Si creías que los Lakers iban a dar pelea, pues más te vale ajustar tus lentes porque están más perdidos que chupete en el fondo de una piscina. Los Nuggets de Denver se han puesto chulos chulos y ahora mismo llevan la delantera 3-0 sobre nuestros angelinos en esta primera ronda de playoffs, dejándolos a un tris de hacerles la maleta y mandarlos de vueltecita a casa. ¡Y ojo, que esto no es novedad! Ya los habían barrido hace menos de un año.
El último match fue un show de horrores para los Lakers, tanto así que la gente en el Staples empezó a pedir la cabeza del coach Darvin Ham al grito de “¡Fuera Darvin!”. Claro, el hombre está que quema en el asiento, pero ¡hola! ni con el mismísimo Phil Jackson bailando salsa en la banca podrían alcanzar el ritmo de los campeones defensores.
En los últimos once rounds, los Nuggets han estado más abajo que línea de metro, con déficits de dobles dígitos en seis ocasiones, pero ¡zas!, como magos sacando conejos del sombrero, le han dado vuelta y han dejado a los Lakers viendo estrellitas. Es la primera vez que el Rey LeBron se lleva una paliza así de un equipo, perdiendo al menos diez veces seguidas. Denver está jugando el reggaetón y Los Ángeles no puede ni seguir el paso.
La movida ha sido siempre la misma: Denver empieza más frío que nevera de esquimal, echando tiros al aire sin ton ni son… hasta que se pegan el toque de que, “ah, cierto, somos campeones” y pum, regresan del más allá. Tras el tercer juego, el titán Nikola Jokic, que va para MVP como el que no quiere la cosa, dijo que ganar para ellos ya es como lavarse los dientes: rutina pura. “Nos encanta ganar, lo disfrutamos a tope – es especial. Aquí todos están alegres y quieren jugar, todos metidos en el juego. Ganar es estilo de vida”.
Aaron Gordon fue una bestia, pasando por encima de la defensa angelina como si fuera mantequilla, y los Nuggets, en plan cirujanos, se despacharon con un ofensivazo, especialmente en la segunda mitad del juego. Ni hablar del duo dinámico Murray-Jokic en el pick & roll, que los tiene a todos mareados. Y con Gordon rondando, ni te cuento, los Lakers están pidiendo tiempo muerto cada dos por tres.
Y no, no es exagerado decir que los Nuggets están haciendo un baile estilo Golden State de la era dorada. Están en otro nivel, manejando el balón como si fuera parte de ellos. Y por más que intentes tapar un hueco, estos tíos te encuentran otro cinco metros más allá.
En resumen, los Lakers están jugando como si les hubieran metido un golpe bajo, mientras que Denver está en plan grande, cortando y picando sin parar y dejando claro que el camino hacia el campeonato está más verde que una lechuga. Los demás están ahí, haciéndole barra, mientras que Denver juega al ajedrez en 4D. Y así, como quien no quiere la cosa, están a punto de mandar a los Lakers a pensar en la retirada, mientras se preguntan, “¿y ahora, qué?”