¡Chiquillos y chiquillas! En el último hitazo del día, la embajadora de EE.UU. en la ONU, Linda Thomas-Greenfield, soltó la bomba: ¡quiere a un representante de Latinoamérica y el Caribe en el Consejo de Seguridad de la ONU! Pa’ que vean que no es puro cuento, se mandó un discurso en Washington bien “lit” (como dirían los jóvenes), ondeando la bandera del apoyo a la región.
La embajadora dejó claro que Estados Unidos está tirando la buena onda para que Latinoamérica se cuele en la escena internacional en grande. Y ojo, que esta no es una fiesta cualquiera, sino un paso gigante que va a necesitar un traje a medida, porque implica reformar el Consejo de Seguridad de la ONU. ¡Y eso que EE.UU. es uno de los que tiene poder de veto ahí!
Según Thomas-Greenfield, en el juego de las relaciones internacionales, Latinoamérica y el Caribe son más codiciados que las entradas para un concierto de tu artista favorito. Así que, cuidado con subestimar a la región. Y es que, aunque algunos piensen que solo les preocupa lo que pasa en Europa del Este o Asia, la embajadora hizo suyo el estribillo de “¿y qué?” al destacar que en América Latina hay movida para rato.
¡Y eso no es todo! En la conferencia, hasta la oposición venezolana se puso en el ring, advirtiendo que si Maduro se lleva la corona por otro round, vamos a tener avalancha migratoria de las grandes. ¡Se imaginan esa fiesta en la frontera! La excandidata María Corina Machado lo pintó como la película de terror del año: si Maduro sigue gobernando, prepárense para la migración masiva. Pero, ¿qué es un conflicto regional sin unos buenos premios? ¡Luis Abinader, presidente de República Dominicana, se llevó el de Liderazgo en las Américas! Y ahí, en medio de la movida, prometió que las elecciones van a estar más tranquilas que una siesta dominical.
Y así, entre discursos y premios, la Conferencia de Washington para las Américas nos dejó claro que la región no está para chistes, pero tampoco para quedarse en la banca. ¡A latir fuerte, Latinoamérica!