Oye, pana, si pensabas que la novela de Rusia y Ucrania ya estaba aburrida, te traigo el último capítulo, directo desde la boca de Putin. Resulta que el tío Vlad, mientras andaba de paseo por China, soltó la sopa y nos dejó claro que su plan no es capturar Járkiv, sino montar una “zona de seguridad”. Ah, mira tú, qué considerado.
La movida empezó el 10 de mayo y ya tiene a miles de ucranianos corriendo como si regalaran chelas. ¿Y qué dice el compa Putin? Pues que todo esto es en respuesta a los “bombardeos ucranianos en Belgorod”. Vaya, qué excusa más original, casi como si no lo hubiera usado antes.
Mientras tanto, en Crimea, los ucranianos se pusieron las pilas y mandaron un chorro de drones, dejando sin luz a Sebastopol. Un avión aquí, un depósito de combustible allá, y ¡boom!, incendio en una refinería en el sur de Rusia. Las tropas de Kiev están más ocupadas que un pulpo en un garaje, tratando de frenar a los rusos.
Putin, que andaba en Harbin, China, dijo a los reporteros: “Si siguen molestando, vamos a hacer un cordón sanitario”. Ah, claro, un cordón, como el de los zapatos, para que no se desmadre todo. Pero tranqui, que no piensan capturar Járkiv, solo destruirlo un poquito.
En Vovchansk, que está a tiro de piedra de la frontera rusa, ya evacuaron a unos 8,000 civiles. Putin y sus panas están que no paran, ampliaron la zona de pelea en casi 70 kilómetros. Todo esto para obligar a Kiev a repartir sus tropas y llamar a los reservistas, según el jefe militar ucraniano Oleksandr Syrskyi. Vamos, que es como un juego de ajedrez, pero con explosiones.
En Crimea, los drones ucranianos se pasaron de lanza y atacaron la infraestructura militar rusa en Novorossiysk y Sebastopol. Al menos tres aviones rusos mordieron el polvo, según imágenes satelitales. El Ministerio de Defensa ruso dice que derribaron 51 drones ucranianos. ¡51! Si lo de Ucrania fuera una fábrica de drones, ya estarían cotizando en bolsa.
El gobernador de Sebastopol, Mikhail Razvozhayev, dijo que los daños en la central eléctrica podrían tardar un día en arreglarse. Mientras tanto, la ciudad se va a quedar a oscuras y las escuelas cerradas. Es como si todo el mundo estuviera en modo “apocalipsis ahora”.
En Krasnodar, un dron ucraniano provocó un incendio en una refinería de petróleo. Afortunadamente, no hubo víctimas, pero la cosa se puso caliente por un rato. Y en Belgorod, un ataque con dron mató a una mujer y a su hijo de 4 años. Tristeza total, hermano.
Así que ya sabes, la trama sigue más enredada que los audífonos en el bolsillo. Mientras Putin anda de tour mundial, la guerra sigue encendida y nosotros, los espectadores, nos quedamos esperando el próximo capítulo de esta telenovela bélica.