¡Bueno, bueno! ¡Agárrense de donde puedan porque esta historia está de película! En Wharton, Texas, una parejita casi se va al otro mundo gracias a un árbol con ganas de ser el protagonista del drama del domingo.
Sarah Glass y su esposo estaban tan tranquilos en la sala, pasando el rato como cualquier otra noche, cuando de repente… ¡pum! ¡Apagón! Así que deciden moverse: Sarah se va al cuarto y el esposo sale a ver qué onda con el generador de energía. Y justo cuando ella andaba rumbo a la cocina, escuchó un “¡kaboom!” que la hizo saltar más que un susto en Halloween.
“El techo se cayó, loco. Podías ver las ramas del árbol, los postes y todo ese desastre asomando por la casa como si fueran púas gigantes,” contó Sarah a NBC News. ¡Imaginátelo! Si no fuera porque se movieron para ver el generador, hubieran quedado aplastados como tortillas en la sala. “Probablemente habríamos muerto”, dice Sarah, todavía medio incrédula.
Pero eso no fue todo, mi gente. El clima estaba desatado. Dos personas no tuvieron la misma suerte: una mujer de 74 años y un hombre de 53 murieron en el condado de Harris cuando unos árboles decidieron imitar a los de Wharton y cayeron sobre sus casas. Y por si fuera poco, un tornado le dio una visita sorpresa a Jasper, Texas, causando más desastres y dejándonos sin luz a todo el mundo. Jasper publicó en Facebook que ni idea de cuándo vuelve la energía. ¡Así de mala estaba la cosa!
Más de 2 millones de casas y negocios en Houston sin electricidad, ¿te lo puedes creer? CenterPoint Energy dijo que ni piensen en tener luz hasta que los vientos no paren su fiestecita. Y el vicegobernador Dan Patrick, que anda de jefe en reemplazo de Greg Abbott, no puede más con los apagones.
Y no se crean que esto es solo cháchara, que Eva Costancio de 67 años también anda sufriendo con un árbol caído en su vecindario en Rosenberg, Houston. Sin luz por cuatro horas y preocupada por su refrigerador, no sea que se le dañe la comida. “Estamos luchando por tener comida y perderla sería fatal,” dice la pobre Eva, medio resignada.
Las calles están más inundadas que si fuera un acuario gigante, y los equipos de emergencia ya llevan más de 15 rescates en aguas crecidas. ¡Y lo que falta! El alcalde de Houston, John Whitmire, dice que los socorristas están jugándose la vida, pero que así es el oficio y lo están haciendo bien.
Para rematar, el vicegobernador avisa que las inundaciones seguirán, porque la tormenta está empapando el suelo como si no hubiera un mañana. El Centro Nacional de Huracanes (NHC) dice que al este de Texas todavía la cosa está “muy peligrosa” con marejadas, vientos y lluvias intensas.
Y hablando de tormentas, Beryl, que empezó como un huracán y ahora es una tormenta tropical, anda a 45 millas de Houston con vientos de 65 mph. Este fenómeno extremo, alimentado por un océano caliente, es el nuevo ejemplo del cambio climático. ¡Así de loco está el mundo!
Y mientras tanto, una ola de calor sin fin sigue tostando a los Estados Unidos, con 36 millones de personas sufriendo bajo temperaturas récord. ¡Qué manera de empezar el verano!
Así que ya saben, gente, cuídense y manténganse a salvo, que parece que este clima loco no piensa calmárselas pronto.
