En la madrugada del lunes, Kiev vivió otra noche de caos total. Misiles y drones, todo volaba por los cielos mientras la gente intentaba dormir. Rusia, en su ya clásica tradición de molestar al prójimo, lanzó una pirotecnia descontrolada de misiles de crucero, drones y demás juguetes bélicos. Y mientras todo esto pasaba, los niños ucranianos se preparaban para regresar a clases, porque, ¿qué mejor manera de empezar el ciclo escolar que esquivando explosiones?
Resulta que el lunes era el primer día de clases después de las vacaciones de verano. Imagínate, los chamacos con sus mochilas nuevas, listos para ver a los cuates y tomarse la selfie del primer día… ¡y tómala! Que llegan los misiles y les tumban la ilusión (y la escuela). Los restos de los misiles y drones derribados cayeron en TODOS los distritos de la capital, causando caos, heridas a tres personas y, para colmo, daño en dos guarderías. Así que sí, algunas clases fueron canceladas.
En la guerra más larga que parece no tener fin, ya llevamos más de 900 días de puro caos. Y ni Rusia ni Ucrania parecen estar listos para decir “basta”. Los dos bandos están ahí, metiendo primera, sin frenos y con el acelerador a fondo, porque aquí lo de menos es rendirse. Kiev ha hecho sus jugadas entrando en la región rusa de Kursk, y Rusia sigue avanzando en Donetsk, el Donbás, y hasta donde se le ocurra.
Putin, el jefe de todo este rollo en Rusia, andaba presumiendo que los ucranianos no han logrado frenar su “tour ofensivo” en el Donbás. El vato hasta dijo que los ataques de Ucrania en Kursk son como esas fiestas a las que llegas tarde y ya ni ganas tienes de quedarte. O sea, según él, no han logrado nada. Y mientras tanto, Zelenskyy, el presidente ucraniano, va diciendo que su idea es crear una “zona de amortiguación”, lo que traducido significa: que no le sigan cayendo misilazos a su país desde el otro lado de la frontera.
Durante la noche del domingo al lunes, Rusia no se anduvo con chiquitas y lanzó 35 misiles. Además, 26 drones Shahed sobrevolaron Ucrania. La Fuerza Aérea ucraniana derribó algunos: 9 misiles balísticos, 13 misiles de crucero y 20 drones fueron neutralizados.
Los vecinos de Kiev, ya con un pie en el refugio y el otro todavía en la cama, salieron corriendo a esconderse en los búnkeres. Oksana Argunova, una estudiante de 18 años, todavía anda temblando del susto. La chava contó que su vecino gritaba como si el mundo se estuviera acabando y claro, todos salieron disparados.
Zelenskyy no se quedó callado y publicó en su canal de Telegram que Ucrania está haciendo todo lo posible para que los niños no pierdan sus oportunidades educativas. Aunque, con tantos misiles volando, parece que están haciendo malabares con fuego.
Y por si fuera poco, en Sumy, un ataque dejó 18 heridos en un centro de rehabilitación social y psicológica para niños, y un orfanato. No había niños en ese momento, pero los vecinos que estaban cerca del lugar no se salvaron del susto y las heridas.