¡Más Soldados, Más Problemas!
Amigos, prepárense porque las cosas en el Medio Oriente están que arden. Y cuando decimos que arden, nos referimos a que ya están lanzando bombitas y todo el kit. Así que, como si fuera poco el drama, los gringos han decidido que es momento de meter más leña al fuego (literal). El Pentágono, en plan “superhéroes internacionales”, acaba de soltar la bomba – figurativa, claro… por ahora – que van a mandar más soldados a la zona, porque parece que no tienen suficientes ya con los 40,000 que tienen pululando por allá.
El general Pat Ryder, que es como el jefe del chisme militar, no quiso soltar mucho rollo sobre cuántos van a mandar. Eso sí, dijo algo así como: “Tranquis, banda, sólo estamos mandando un pequeño refuerzo, por si las moscas.” Pero con ese tono misterioso de película de acción: “No puedo decirles cuántos ni qué van a hacer. Operación secreta y tal, ¿saben? Seguridad ante todo”.
Todo este show es porque Israel y Hezbollah están en un toma y daca que ha dejado más muertos que una película de Rambo. Y claro, en Washington están que no saben si preocuparse o ya mandar a un Bruce Willis a solucionar el asunto. Así que, mientras tanto, siguen metiendo soldados, como quien agrega más papas a las hamburguesas porque el combo no estaba lo suficientemente grande.
La situación está tan ruda que los gringos han salido con su típico: “Eh, si estás en Líbano, pues mejor vete antes de que esto se ponga peor, porque ya ni los vuelos de regreso te van a quedar”. Básicamente, como si te estuvieran diciendo que la fiesta se está saliendo de control y mejor agarres tus cosas y te vayas antes de que alguien empiece a tirar sillas.
Por el lado de Israel, el primer ministro Netanyahu está en modo full Rambo. Ya dijo algo tipo: “Aquí no esperamos que nos amenacen, mejor nos adelantamos”. Y con eso, se han lanzado en una misión contra cientos de objetivos de Hezbollah. Lo más heavy fue que volaron a un comandante bien importante de ellos, Ali Karake, justo en su barrio, como diciendo: “Nosotros no jugamos, ¿eh?”.
Total que, entre bombazos, evacuaciones y más gringos llegando, el asunto pinta para largo. Y mientras tanto, el mundo mirando desde el sofá, como si esto fuera otro episodio de su serie de guerra favorita. ¿Qué sigue? Nadie sabe, pero de que se va a poner más intenso, eso seguro.
