¡Ay, papá! Si no viste el juego entre los Mets y los Cerveceros, te perdiste la novela del año. Imaginate que Tyrone Taylor todavía ni había tocado el plato cuando el cubano José Iglesias ya se andaba dando golpecitos en el pecho como si hubiera ganado el Mundial. Y no es para menos, ¡ese esfuerzo fue de novela! Los Mets, que llegaron a la postemporada medio de colados, le dieron a Milwaukee de su propia medicina.
Los primeros cuatro innings los Cerveceros estaban como niños en juguetería: emocionados, desatados y con todo el flow prometido por su mánager, Pat Murphy, como si fueran los reyes del barrio. Pero ahí es donde la cosa se puso buena, porque los Mets no se quedaron cruzados de brazos. Ellos dijeron: “¡Ah, con que así vamos a jugar!” Y se armaron el desmadre propio, papá.
Con dos corredores en base y dos outs en la quinta entrada, aparece el cubanazo Iglesias con un batazo fuertecito pa’ primera. Rhys Hoskins, más confiado que el que cruza la calle sin ver, la agarra y se la pasa al pitcher dominicano Joel Payamps, pero aquí la cosa va en cámara lenta, ¡literalmente! Porque mientras Payamps se apresuraba en la jugada, como que se le apagó el chip por un segundo y se le olvidó que Taylor venía quemando llanta desde tercera, con todo y nitro. Para cuando reaccionó, Taylor ya estaba a punto de hacer un selfie con el plato. ¡Qué te digo! El empate estaba servido y los Mets terminaron ganando 8-4. ¡Zas!
Hasta J.D. Martínez, desde la banca, ya sentía cómo cambiaba el aire en el estadio: “Ese fue el momento clave del juego”, decía el tipo, como si fuera narrador de novela dramática.
Mira, si los Mets mantienen este ritmo, los Filis los van a estar esperando con café listo para la Serie Divisional. ¡Ojo al dato! En la historia cortita y jugosa de las Series del Comodín, el que gana el Juego 1, pasa de fase en 14 de 16 veces. Así que, amigo, la probabilidad está a favor de los Mets, y eso que ellos llegaron como el underdog, pero mira cómo están ahorita, más subidos que un meme viral.
Ah, y eso no es todo. Después de que Iglesias impulsara a Taylor para empatar, los Mets se pusieron creativos y le sacaron jugo a una pifia del venezolano Jackson Chourio, que casi le regala la base a Taylor. A partir de ahí, Mark Vientos y J.D. Martínez decidieron que ya era hora de sentenciar el jueguito con un par de hits que dejaron a los Cerveceros viendo estrellitas. Para los Mets, fue la entrada más productiva en playoffs en ¡18 años! Casi nada.
Y no me puedo olvidar del dominicano Luis Severino, que empezó un poquito nervioso, pero al final se redimió como un campeón. El tipo retiró a los últimos ocho bateadores que enfrentó como si estuviera en un videojuego, ¡en modo difícil! Se llevó la victoria con su estilo dominicano de pura garra. Aunque el bullpen de los Mets estaba sin su cerrador estrella, el boricua Edwin Díaz, que ya andaba con el brazo medio molido, igual se las arreglaron pa’ cerrar la cosa.
En resumen, los Mets llegaron como quien no quiere la cosa y terminaron sacando pecho ante los campeones de la Central de la Liga Nacional. Ahora, con solo una victoria más, estarían en Filadelfia sacando pasaje para la Serie Divisional. ¿Quién lo diría? El béisbol es como esa serie que empieza lenta y luego te deja pegado al sillón.