Lo que pintaba pa’ ser otra noche de gozadera con merengue a todo lo que da, se convirtió en una pesadilla tamaño Godzilla en la discoteca Jet Set de Santo Domingo, República Dominicana. Sí, ese sitio leyenda, con más historia que tía chismosa y donde han desfilado más artistas que en Viña del Mar, terminó en ruinas cuando el techo decidió tirarse el show final: se desplomó como si fuera de cartón mojado. El saldo: al menos 124 muertos, más de 250 heridos y un montón de gente que sigue desaparecida. Un desastre, broder, un Apocalipsis en do mayor.
Todo pasó en plena madrugada del martes 8 de abril. La gente estaba en su salsa, bailando como si no hubiera mañana en el clásico Lunes Bailable, ese evento sagrado de la rumba dominicana. El gran Rubby Pérez —sí, la leyenda viva del merengue, la “voz más alta” del género— estaba en tarima encendiendo el escenario. Pero en medio del vacilón, cayeron unos escombritos, luego se escuchó un crujido feo, y ¡BOOM! El techo se vino abajo como si fuera una escena de Final Destination, pero sin edición.
Rubby no salió de ahí. El hombre se nos fue en plena faena, cantando. Una muerte tan trágica como poética. Su mánager, Enrique Paulino, sobrevivió, pero contó que fue un infierno. “Pensé que era un temblor, me tiré al piso… tratamos de llegar a Rubby pero los escombros no nos dejaron”. También perdieron la vida figuras duras del deporte, como Octavio Dotel y Tony Blanco, ambos exgrandesligas. Y hasta una gobernadora, la señora Nelsy Milagros Cruz, que murió en el hospital luego del impacto.
📉 ¿Y las autoridades?
Llegaron después del susto, claro. El presidente Luis Abinader se apersonó al lugar en la mañana, con cara larga y gesto de “esto no debió pasar”. Declaró tres días de duelo nacional, prometió ayuda y dijo que todos los cuerpos de emergencia estaban a full. Pero la pregunta que se hace medio país es: ¿por qué carajos ese techo se vino abajo? ¿Falta de mantenimiento? ¿Negligencia? ¿Corrupción? Nadie da respuestas claras. El Ministerio de Obras Públicas está más desaparecido que los inspectores del lugar, y de inspecciones pasadas… ni rastro.
🔍 Según testimonios, ya el techo venía avisando. Algunos asistentes vieron caer “arenilla”, otros escucharon sonidos raros. En un video que se hizo viral, se oye a alguien decir “se cayó algo del techo” segundos antes del colapso. Todo fue cuestión de segundos. Un relámpago de tragedia. El ministro de Salud Pública dijo que el sitio parecía “un terremoto encapsulado”. Un desastre con nombre, apellido y muchos responsables… aunque nadie quiere agarrar el micrófono.
El dueño del lugar, don Antonio Espaillat, salió a dar la cara en redes sociales diciendo que el dolor es “devastador” y que está colaborando “total y transparente”. Bueno, ojalá que sí, porque la gente quiere respuestas, justicia y que esta vaina no quede en puro llanto y titulares.
Mientras tanto, los rescatistas siguen metidos entre los escombros, familiares esperan con los ojos aguados afuera, y el país entero llora a sus muertos. Jet Set, que era templo del merengue y rumba VIP, hoy es símbolo de una tragedia que pudo haberse evitado.
