¡Qué onda mi gente! Hoy en temas de salud nos toca algo que suena medio alarmante, pero vamos a ponerlo con sabor latino para que lo entendamos sin tanto estrés.
Resulta que en EE.UU., el Food and Drug Administration (FDA) y el Department of Health & Human Services han salido al escenario para decirle a todos los que estaban ya haciendo memes: “No, no tenemos evidencia firme de que el analgésico Tylenol (aka acetaminofén) cause autismo”.
Sí, suena como “espera un poquito” en vez de “corre y grita al doctor”. Porque, claro, hubo rumores de que tomar Tylenol durante el embarazo podría disparar el riesgo de autismo en el niñ@. Pero la FDA dice que los datos no son suficientes para declarar que definitivamente sea la causa. Eso sí — ojo al dato — recomiendan usarlo con cautela, porque la investigación aún no da para lanzar fuegos artificiales.
Ahora bien: ¿qué significa esto para ti, que estás en la onda de cuidar tu salud, la de tu familia y de estar al tanto de lo que pasa?
Si eres una futura mamá o alguien que toma Tylenol con frecuencia: bueno, está bien usarlo si el doctor lo dice, pero igual pregúntale “¿vale la pena?” y ve si hay alternativas más suaves.
Si tienes peques o están por venir, y escuchaste el rumor: relájate un poco, pero no lo ignores totalmente. Estar informado nunca pasa de moda.
Y si ya estás en Estados Unidos y no tienes doctor fijo o estás en plan “voy al urgente cuando algo pasa”, pues esto te da una razón de peso para tener un médico de cabecera que te dé confianza y no solo confiar en lo que ves en redes.
Y sí, claro… siempre hay letra chiquita: los estudios tienen “animal, sangre y observacionales”, lo cual quiere decir que aunque los resultados se ven “sugerentes”, todavía no son lo suficientemente contundentes para cerrar el caso.
En pocas palabras: el medicamento no está oficialmente etiquetado como causa de autismo, pero tampoco estamos diciendo que lo uses sin supervisión cuando haya alternativas o tu doctor te diga “oye, mejor evita”. Es como ese amigo que te dice “¿seguro?” antes de que compres algo caro… la advertencia no duele.
Así que, ya sabes: mantente al día, habla con tu proveedor de salud, no te asustes pero tampoco te relajes tanto que ignores todo. Salud primero, y que la información buena sea siempre tu aliada.