Mattia Binotto no quiere tocar en estos momentos nada de lo que está funcionando en su equipo, y menos en el delicado equilibrio entre sus dos pilotos, con Carlos recién renovado y los dos con una excelente relación. Ayer se vio, rodando una pieza con la última joya salida de Maranello el Ferrari 296 GTS: híbrido, descapotable y que les dio para bromear, correr y disfrutar.
Veo hambre, no solo ganas de ganar carreras individuales o el Mundial. Mucho más
Así que para el jefe, no es momento de elegir entre los dos, ni después de la larga espera de Ferrari para tener chances de ganar el título. “No, ambos tienen derecho a expresarse lo mejor posible. A estas alturas no hay necesidad de órdenes: sin el error de Melbourne, Carlos sería segundo en el Mundial. Y si gana le quita puntos a Verstappen, el verdadero rival”, asegura en una entrevista con el Corriere de la Sera.
Luego define a sus dos pilotos de una forma curiosa. “Leclerc tiene hombros anchos, ocupa toda la pasarela. Si va a la cabeza es difícil superarlo: es un mago del cuerpo a cuerpo”, asegura con cierto estilo literario. “Carlos estudia. Es un piloto rápido al que le gusta analizar datos. Sabe adaptarse y crecer, necesita más tiempo. Pero siempre llega”, asegura un Binotto que reconoce que sin la F1, habría sido carpintero.
Lo que tiene claro Mattia es que la situación actual le recuerda a la era Schumacher, sobre todo tras la pasada victoria en Australia: “Por momentos me parecía que estaba reviviendo esos buenos tiempos. Hacía mucho tiempo que no ganabamos con semejante ventaja de rendimiento”, afirma el suizo, que ya estaba en Ferrari en esa época. “Veo hambre, no solo ganas de ganar carreras individuales o el Mundial. Mucho más”.
Binotto, que cree que Red Bull tiene una capacidad de desarrollo superior incluso a Mercedes, no evita hablar de ciclo ganador. “Significa poder mantenerse en la cima de manera duradera. Pensar en ganar siempre sería presuntuoso, pero siempre debemos estar ahí al frente en todos los combates. Este es nuestro objetivo”.