Gente, ¡qué locura la que se está viviendo en el Líbano y en Gaza! Ya llevamos más de un año viendo cómo Israel y Hezbolá se agarran del chongo sin tregua, y las cosas están más calientes que una parrilla en pleno verano. Resulta que, desde que el Ejército israelí arrancó su “campañita” de bombardeos a finales de septiembre, ya van como 3,000 personas que han perdido la vida en el Líbano. Y, ojo, esto no es cualquier bombardeo; están lanzando de todo en el sur, en el este y hasta en los suburbios de Beirut. Aquí no están lanzando fuegos artificiales precisamente.
Ahora bien, vámonos al norte de Gaza, al asediado Yabalia, donde la cosa está que arde, pero no de emoción sino de pura angustia. El Ejército israelí dice que se han echado a varios milicianos con sus “ataques aéreos” y unas peleítas a mano limpia. Vamos, como si esto fuera una película de acción y no la vida real. Pero, ¿adivinen qué? Los que más sufren no son los milicianos sino los que andan ahí atrapados, sin a dónde ir y con el estómago rugiendo porque la comida es un lujo que ya ni aparece. Y ni hablar del sistema de salud, que está más colapsado que WiFi en año nuevo. La gente está literal sobreviviendo de milagro.
Por si fuera poco, en el sur, a plena madrugada, Israel volvió a “visitar” Jan Yunis. Pero aquí no llegaron a dar los buenos días, sino a bombardear a los desplazados que andan medio acomodados en tiendas de campaña, como pueden. La cosa terminó en una tragedia tremenda, porque muchos civiles terminaron heridos y hasta muertos. La misma historia de siempre, pero cada vez peor.
Como si no fuera suficiente drama, la agencia palestina Wafa informa que en Deir al-Balah, en el centro de la Franja de Gaza, el Ejército también se lanzó con todo. Aquí ya estamos hablando de más de 43,000 fallecidos, y adivinen quiénes están pagando los platos rotos: en su mayoría mujeres y niños.
