Es bastante común que los pacientes que presentan este tipo de molestias de intestino asistan al médico en un rango de edad entre los 30 y los 50 años. Las mujeres son el grupo más afectado con intestino irritable.
No es una condición que ponga en peligro la vida, el síndrome de intestino irritable, es un trastorno que produce un sufrimiento y el paciente tiene un impacto negativo en la calidad de vida.
Una encuesta en Estados Unidos encontró la dieta y la elección de alimentos, salir a comer, realizar viajes largos e irse de vacaciones eran significativamente más problemáticos para los pacientes, casi una cuarta parte de las personas afectadas había perdido compromisos sociales, el 11% había faltado al trabajo, una de cada cuatro personas trabajaba menos horas y el 67% se sentía menos productivo debido a sus síntomas. El número promedio de días de enfermedad que provocaron ausentismo fue de 6,4. Para algunos esta situación es muy deprimente.
Es esencial reconocer el papel que los alimentos tienen sobre el tracto digestivo y los órganos que ayudan al proceso de digestión y absorción, en particular quienes padecen estas enfermedades gastrointestinales perciben el beneficio de su dieta para el alivio de síntomas.
Una alimentación completa, el ejercicio regular, dormir bien ayudara a mejorar, pero en ocasiones no es sencillo cambiar los hábitos, el ideal es incluir los alimentos naturales posibles, lo fundamental en esta dieta es consumir fibra dietética, cereales integrales, frijol, garbanzo, lentejas, raíces, tubérculos, nueces, semillas, verduras y frutas.
Al recibir esto el intestino se refuerza más y esto motiva a un mejor movimiento del órgano para que se facilite la digestión. La fibra en si ayuda al aumento del volumen de las heces y a la disminución del tránsito intestinal y se estudia actualmente sus efectos positivos sobre la reducción de la presión sanguínea, el aumento de la sensación de saciedad, la pérdida de peso, entre otros posibles beneficios.
Otro elemento fundamental para ayudar el proceso digestivo es beber suficiente agua, un mínimo de tres litros diarios en adultos. Sin olvidar consumir una cantidad adecuada de grasas saludables como aceite de maíz, canola y aguacate.
Estudios previos también han revelado que la vitamina D no debe faltar es prevalente en pacientes con este problema, para obtenerla es suficiente con recibir 10 minutos de luz solar, así como a través de alimentos que la poseen: pescados grasos, hígado de res, queso, huevos, alimentos fortificados como leche, cereal y otros.