¡Se armó el chisme con esteroides en Hollywood, mi gente! Ahora resulta que Blake Lively —sí, la Serena de Gossip Girl, la esposa del Deadpool buena onda y amiga inseparable de Taylor Swift— está en el ojo del huracán más sabroso que ha parido el 2025. Y no es por un lookazo ni por alguna peli indie rarita, no señor… ¡es porque supuestamente anda chantajeando a su bestie Taylor para que la defienda en una guerra legal nivel “final boss” contra Justin Baldoni!
Todo empezó cuando los abogados de Baldoni —que viene siendo el guapo de Jane the Virgin, pero ahora metido en modo director— tiraron la bomba legal del mes: acusaron a Blake de intentar meter a la fuerza a Taylor en el ring, amenazándola con filtrar mensajes privados si no sacaba un comunicado a favor suyo. Así, como quien te dice “o estás conmigo o publico tus secretos más oscuros en Twitter”.
Según los papers legales, Blake le habría pedido a Tay-Tay que borre chats, audios, mails y hasta señales de humo que tuvieran que ver con la pelea entre ella y Baldoni, todo por aquel drama tóxico que nació durante el rodaje de la peli Romper el círculo. Y como si fuera poco, el abogado de Blake también habría exigido oficialmente que Swift publicara algo tipo: “Yo estoy con mi amiga”. ¿Y si no? Boom, los mensajitos personales salían a la luz. ¡Tremendo nivel de novela turca!
Y aunque el team Lively ya salió a decir que eso es más falso que beso de suegra, la cosa está caliente como sartén de fonda. El abogado de Baldoni, Bryan Freedman, asegura que tiene fuentes confiables, y hasta mencionó que el abogado de Swift se le plantó a Lively diciéndole: “No te me pongas shady, amiga”. O sea, más tensión que grupo de WhatsApp de familia cuando hablan de política.
Por si fuera poco, Lively ya estaba en el horno desde antes: ella fue quien arrancó este quilombo legal cuando acusó a Baldoni de acoso y represalias en el set de grabación. Él se defendió, obvio, y le tiró con una contrademanda de 400 millones de dolarucos. Sí, leíste bien: 400 palos verdes. Acusándola de difamación, extorsión y de hacerle la vida imposible, nivel villana de Disney.
Y a todo esto, Taylor está más lejos del set que tú de la playa en horario de oficina. Su representante ya dijo que la diva del pop ni fue al rodaje, ni dio ideas, ni puso música (salvo una canción licenciada), ni siquiera vio la peli hasta que ya estaba en Netflix y con subtítulos. Pero claro, como siempre pasa, quieren usar su nombre pa’ que los medios salten como locas. Puro clickbait de lujo.
En fin, la Lively está quedando más tóxica que ex con cuenta falsa. Y el show recién empieza. Ya hay capturas de chats donde Blake se refería a Taylor y Ryan Reynolds como “mis dragones” que la protegen del mal. ¿Qué sigue? ¿Un spin-off de Game of Thrones versión Hollywood? Dale, HBO, hacelo real.
Y mientras los abogados se tiran con todo en la corte, el público ya sacó sus pochoclos. Porque si algo nos gusta más que la música de Taylor, es el drama detrás de sus amistades.