Dos auténticas finales le quedan al Atlético de Madrid para abrochar el título de liga el equipo comandado por el cholo Simeone líder desde noviembre pasado necesita ganar a Osasuna, en casa, y Valladolid, fuera, para no mirar los resultados del Madrid ante el Athletic y Villareal. Si ellos ganan los seis puntos serán campeones. Un objetivo que tendrán más cerca si Luis Suárez sale de su particular letargo goleador para liderar el ataque de los del Metropolitano.
Las ganas de revancha del delantero aumentan partido a partido. Nacieron el pasado agosto cuando el Barca le abrió las puertas de salida de forma tan abrupta como poco considerada para un futbolista que lo había ganado todo y había dejado 198 goles en seis años… y se han multiplicado, si eso es posible, por todo lo acontecido las últimas semanas.
Dice Suarez que los enfados, habituales en él, cuando le sacan de la cancha son fruto del coraje que le da no poder seguir ayudando al equipo. Para alguien tan competitivo como el charrúa es doloroso salir del campo antes del silbatazo final. Algo que le sucede a muchos futbolistas de colmillo afilado como el 9 y que tuvo su último episodio frente a la Real Sociedad. El punta miró al banquillo con seriedad, subió malhumorado a la grada y lo pagó con alguna botella que tenía cerca. Suárez tiene hambre y lo demuestra en el césped… y fuera de él.
Desde la volea inicial a pase de Llorente al final de su participación Suárez falló varias ocasiones de las que no suele. La ansiedad por marcar un gol peso al 9, que cada vez que se acercaba al área de los de Imanol sufría lo que no suele un goleador con su talento y experiencia.
Pocas veces se le ha visto (ni en el Atlético ni en el Barcelona) malgastar tantas ocasiones claras y acabar un partido a 0 cuando está tan cerca del gol. De ahí sus ganas de revertir la situación ante Osasuna y Valladolid para ser decisivo en LaLiga.
Al fondo de todo esto, la gran revancha. La de ganar una Liga tras ver como el Barcelona le maltrataba con una salida tan dura e inesperada… de la que se benefició el Atlético para fichar un 9 de primer nivel gratis. Una jugada maestra en los despachos del Metropolitano que tendría como premio final ganar el título de Liga con el que tanto sueña un Suàrez con ganas de revanchas, el auténtico ADN ganador, en plural.
