El Gobierno de Estados Unidos dará un espaldarazo a México con el envió en agosto de hasta 8,5 millones de vacunas para afrontar la tercera ola de contagios de covid-19, que ronda el cuarto de millón de muertes en el país, mientras la reapertura de la frontera común sigue estando en el aire.
Este fue el resultado de la llamada telefónica que mantuvieron en la víspera el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris, en la que abordaron la crisis sanitaria y migratoria en la frontera.
“Me informo la vicepresidente que habían tomado esta decisión de ayudarnos con 8,5 millones de dosis. Por cuestiones de forma no se pregunta en calidad de qué vienen las vacunas, por lo general son donativos de todas maneras agradecemos el gesto”, expresó López Obrador en su rueda de prensa realizada en el Palacio Nacional.
Con 2,98 millones de casos y casi 250.000 muertes confirmadas, México afronta una tercera ola de covid-19 propiciada por el variante delta, que registra cifras de contagios similares a las que hubo en el pico de la segunda ola en enero pasado.
Ante esta situación, el canciller Mexicano, Marcelo Ebrard, informó en rueda de prensa que Harris se comprometió a enviar a México 3,5 millones de dosis de Moderna, la cual está pendiente de ser aprobada por el órgano regulador mexicano, y hasta 5 millones de AstraZeneca, vacuna no autorizada para su uso en Estados Unidos.
Aunque el Gobierno Mexicano no aclaró si tendrá que pagar estas vacunas o si son un donativo, el canciller aseguró que llegarán “muy pronto”, en el mes de agosto.
La llamada con la vicepresidenta, sin embargo, no sirvió para desbloquear la reapertura de la frontera común, cerrada a los viajes no esenciales desde marzo de 2020, una demanda insistente en México que se ha frenado por el alza de contagios en los dos países.
Mientras tanto, el disparo de contagios ya está impactando, en los hospitales de México, donde nueve de los 32 estados, incluida la ciudad de México, se encuentran en alerta roja (peligro máximo) por ocupación de camas.
Pero el Gobierno Federal confía en que el avance de la vacunación-27,5 de los 126 millones de habitantes tiene la pauta completa- frene la mortalidad de la ola y descarta por completo aplicar nuevas restricciones o cierres económicos.
Para terminar el mandatario puntualizó, “es a simple vista notorio como la tercera ola tiene una menor proporción de personas que pierden la vida en todas las edades, particularmente en las edades mayores”, expresó.