Enredada. Así ve el expresidente uruguayo José Mujica (2010-2015) a Latinoamérica, una región que tiene “una gran deuda social” y en la que hay una tendencia “a que se acentúe la desigualdad”.
“Tiene problemas en el fondo, es el continente que peor reparte. No es de hoy. Es una herencia histórica”, asegura durante una entrevista a los medios en la chacra donde vive con su esposa, la exvicepresidenta Lucía Topolansky.
En ese sentido, habla sobre la situación que atraviesan varios países del continente y los retos que estos tienen por delante en un tiempo no muy lejano.
“La paz. En Colombia el primer problema es la paz”, asegura Mujica al ser consultado sobre los desafíos que tendrá Gustavo Petro, quien el próximo 7 de agosto asumirá como nuevo presidente de ese país tras triunfar el 19 de junio en la segunda vuelta de las elecciones.
Dice que en la historia de Colombia hay “una cultura de mucha violencia” y que espera que el nuevo mandatario “pueda remontarla con su gente”.
Pese a la afirmación de que Petro será el primer presidente de izquierda que tendrá el país, Mujica asegura que ya hubo otros en el pasado, aunque reconoce que sí será el primero “definidamente de izquierda”.
El nuevo mandatario militó en la guerrilla Movimiento 19 de Abril, al igual que muchos años antes el uruguayo había integrado en su país el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros.
Pese a esto, Mujica no encuentra muchos puntos en común entre su figura y la de quien reemplazará a Iván Duque.
“Él es más joven. Es economista y yo soy un paisano. Tenemos inquietudes políticas pero, además, estamos en otra época. Él pertenece a la civilización digital, yo no, yo soy de los que escribe al lado del libro. Le llevo casi 30 años, es mucho”, indica.
Mujica también habla de las elecciones que vivirá Brasil en octubre de este año y destaca que la candidatura de su amigo Luiz Inácio Lula da Silva “camina bastante bien”.
“Nunca va a dejar de ser un dirigente sindical, es decir, un componedor de entuertos y tal vez le pueda hacer bien a Brasil en el sentido de bajar un poco los decibeles en cuanto a la confrontación interna”, enfatiza.
Aclara que no será sencillo por el tamaño de Brasil y por la cantidad de partidos estaduales que tiene que hacen que cada negociación que debe llevarse a cabo tenga “infinitas derivaciones”.
Por otra parte, Mujica muestra su preocupación por la situación que atraviesa Argentina, donde todo es muy difícil porque hay “medio país contra medio país”.
“No quiero poetizar la oposición, pero por encima de las diferencias en una sociedad hay un nosotros”, apunta.
“Yo soy una especie de campesino frustrado, me gusta la tierra y me entretengo en eso. Otros tendrán otros divertimentos. Es una pequeña cosa para el mundo, pero grande para mí por mi manera de ser”, indica.
Y agrega: “Yo sé que soy un viejo raro, algo así como un neoestoico, para mí pobre es el que precisa mucho o, como dicen los aimaras, pobre es el que no tiene comunidad. Yo no estoy solo en el mundo, tengo muchos compañeros y qué más puedo pedir”.
Mujica tiene mucho conocimiento en la política y sus opiniones sin duda logran analizar los momentos difíciles de latinoamerica.