¡Ola, ola, ola! Ahora sí, agárrate bien porque esta noticia te va a sacudir como una ola gigante en la cara. ¿Listo? Prepárate porque la Fiscalía del estado de Baja California soltó la sopa: los cuerpos encontrados en un balneario en el Pacífico mexicano son de dos aussies, Jake y Callum (los Robinson, pues) y un gringo llamado Jack Carter. ¡Unos surfistas que, en lugar de conquistar las olas, terminaron en el abismo!
Según el comunicado, los familiares de estos chicos reconocieron sus cuerpos sin necesidad de andar haciendo pruebas de ADN. ¡Imagínate la escena! “¡Esos son los flipantes trajes de surf de Jake y Callum!”.
¿La causa de esta tragedia de película? ¡Por el robo de un coche, colega! Resulta que estos tres amigos del mar se toparon con unos maleantes que querían hacerse con su vehículo. Pero, en vez de entregar las llaves como si fueran unas olas nuevas, decidieron plantarles cara. ¡Y así les fue!
La Fiscalía soltó la teoría de que los chicos se opusieron al robo, y para no dejar huellas, los malandrines pensaron que sería buena idea deshacerse de los cuerpos en un pozo. ¡Un pozo, tío! Como si fueran a echar un viejo colchón o algo.
¡Pero ahí no acaba! La cosa se pone más movida que una resaca de lunes, porque las autoridades mexas están tras la pista de tres sospechosos: dos tipos y una tipa, todos pillados con las manos en la masa, o mejor dicho, con las drogas. Y anda circulando una orden de arresto contra un tal Jesús Gerardo, alias ‘El Kekas’, por desaparición forzada. ¡Vaya banda, papá!
En fin, que estas playas del Pacífico, que uno piensa que son pura buena onda y sol, a veces esconden historias más oscuras que el interior de una cueva. ¡Así que cuidado, raza, que las olas no siempre son tan amables como parecen!